En la primera parte de esta serie de tres blogs, examinamos cómo la amargura puede actuar como un veneno para cualquier relación, especialmente en el contexto del matrimonio. Sin embargo, la Biblia nos proporciona las herramientas necesarias para reconocer si estamos mostrando los síntomas de envenenamiento por la amargura. En esta segunda entrega, vamos a explorar el tema del antídoto: el perdón bíblico.
Influidos por la cultura en la que vivimos, a menudo confundimos el concepto verdadero del perdón con soluciones terrenales para resolver conflictos. Por tanto, es esencial comprender qué significa el perdón según la Biblia, y esto puede resultar sorprendente. El apóstol Pablo escribió uno de los pasajes más destacados acerca de la amargura y el perdón en su epístola a los Colosenses: "Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros." (Colosenses 3:12-13)
En esta exhortación, Pablo nos insta a desprendernos de la amargura y a abrazar el perdón. Por lo tanto, afirmamos que el perdón mutuo es el antídoto eficaz contra la amargura.
No obstante, es más sencillo decirlo que hacerlo. Existen varios obstáculos que pueden dificultar el acto de perdonar. El perdón bíblico es un acto sobrenatural que supera en calidad cualquier intento basado en las filosofías del mundo, como la psicología. Esto se debe a que el patrón del perdón entre los cristianos se asemeja al perdón que Dios otorga a los pecadores. Solo los cristianos, aquellos que han experimentado este perdón, tienen la responsabilidad de perdonar a otros de la misma manera. La Biblia describe el perdón de Dios utilizando diversas metáforas, pero para comprender la solución a la amargura, debemos enfocarnos en la metáfora de una "cancelación de una deuda".
Para ilustrar este aspecto fundamental del perdón bíblico, observemos la parábola de los "dos deudores" en Mateo 18. Jesús relata cómo un siervo debía una cantidad astronómica, "diez mil talentos", a su señor. Dado que era imposible para el siervo pagar esta suma, el señor ordenó vender al siervo, a su familia y todas sus posesiones para saldar la deuda. (v25) Sin embargo, “Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda. Continúa el relato: “Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios” [una deuda mínima en comparación] “y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes. Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda. Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado. Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?. Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.”
Jesús revela el significado real de la parábola“Así también mi Padre celestial harácon vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas” (v. 35). El significado espiritual es claro: el pecado es una deuda espiritual con Dios. Jesús destaca el significado de esta parábola, señalando que el pecado es una deuda espiritual con Dios. El amo perdonó esta deuda movido por la misericordia, sabiendo que el hombre no podía pagarla. La expectativa razonable es que aquellos que han sido perdonados de esta manera seguirán el ejemplo y perdonarán a otros. Esto sirve como el fundamento de lo que enseña Pablo en el pasaje de Colosenses.
Es importante destacar que en el Nuevo Testamento existen dos palabras griegas traducidas como "perdonar". La primera es "afiemi" (ἀφίημι), que se utilizaba en contextos comerciales y legales para declarar la cancelación de una deuda y la liberación de un prisionero.¹ La segunda palabra es "carizomai" (χαρίζομαι), también traducida como "perdonar", y enfatiza la cancelación de la deuda sin condiciones, sin pagos parciales ni promesas de pago futuro.
El pastor Heath Lambert explica que el "perdón bíblico" implica tratar a la otra persona como si no hubiera cometido ninguna ofensa contra nosotros. ² Jesús nos insta a perdonar innumerables veces (Mateo 18:22) y a hacerlo completamente, sin condiciones ni reservas. Para eliminar verdaderamente el veneno de la amargura en nuestros matrimonios, no podemos mezclar el antídoto del perdón con ninguna amargura residual. Jesús enfatiza esta idea en la parábola de Mateo 18, especialmente en el versículo 35, donde dice que debemos perdonar "con todo el corazón". Jesús no dice: "Perdona hasta donde puedas" o "perdona a medias" o "perdona a regañadientes". No, Jesús dice: "de todo corazón".
El antídoto para la amargura, para evitar que su veneno ahogue tu vida espiritual y la vitalidad de tu matrimonio, es el perdón. Pero no se trata de un perdón humano con resentimientos o dudas. Es un perdón completo y sin condiciones, siguiendo el patrón del perdón con el que Dios te perdonó en Cristo Jesús, si eso es verdaderamente una realidad en tu vida.
Reflexiona si has perdonado a tu cónyuge de acuerdo con el modelo divino. ¿Estás dispuesto a otorgar un perdón completo, sin requerir condiciones, a tu esposo o esposa? ¿O esperas que demuestren que merecen ese perdón?
Puede que consideres que esto es una tarea imposible. Estoy de acuerdo. No puedes hacerlo por tus propias fuerzas. De nada sirve conocer el antídoto si un médico no te lo administra. ¿Qué te permite recibir el antídoto para la amargura? ¿Qué te habilita para perdonar de manera bíblica? Esto lo exploraremos en la tercera parte de esta serie.
Escrito por: Luis E. Rodríguez (rodriguez.le@gmail.com), basado en susermón predicadoel 12 de febrero de 2022 en la conferencia “Cuida Tu Matrimonio” en la Iglesia Bíblica Berea, North Hollywood, California.
¹ La explicación en este párrafo y el siguiente provienen de Jay Adams “A Theologyof Christian Counseling, More ThanRedemption” (Una Teología de Consejería Cristiana, Mas que Redención). Editorial Zondervan. Paginas 188-189.
²Perdón y la amargura consultar el capítulo 8 de Heath Lambert “Teología de la consejería bíblica, Fundamentos doctrinales del Ministerio de consejería” Editorial EBI
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